El Carnaval como oportunidad de encuentro comunitario
- Abraham Ramos Viera
- 26 feb
- 2 Min. de lectura
La sociedad canaria ha señalado en el calendario las fechas en las que se celebran las carnestolendas. Es una de esas festividades con la capacidad de transformar el quehacer cotidiano. De hecho, muchos albergamos recuerdos valiosos de nuestra infancia relacionados con esta celebración.
En una sociedad que da una importancia suprema al ocio por el ocio, esta manifestación cultural se ha ido convirtiendo en un producto lógico de esta tendencia. Sin embargo, para muchas personas, el Carnaval ha sido y sigue siendo mucho más que eso.
Me parece oportuno destacar también la riqueza del Carnaval como expresión cultural e identitaria que, además, adquiere una personalidad propia en cada rincón de nuestras islas. Pero hoy quiero poner el foco en lo que esta fiesta supone como elemento de dinamización social.
Un ejemplo claro y admirable de lo que quiero transmitir lo constituyen los llamados grupos de Carnaval: desde murgas, comparsas y agrupaciones musicales hasta todos aquellos profesionales y artistas que, junto a sus equipos de trabajo y colaboradores, hacen posible que surja la magia, la belleza y la fantasía.
En este contexto, el Carnaval es mucho más que una celebración. Es la ilusión compartida de tener un proyecto común, la motivación de soñar, proyectar y convertir en realidad aquello que comenzó siendo solo una idea. Es el esfuerzo de quienes dedican horas de ensayo para ofrecer su mejor versión al público, el sacrificio destinado a conseguir los recursos necesarios para sufragar gastos, con entusiasmo y creatividad. Es el tiempo dedicado a la costura, a las largas charlas, a las confidencias, a compartir pesares mientras se cose y se coloca hasta la última piedra para que el atuendo brille. También es la preparación en los colegios, donde, gracias al esfuerzo de la comunidad educativa, cada año se planta en la infancia la semilla de esta forma de entender la vida.
Como espacio de encuentro comunitario, el Carnaval es un elemento valioso de integración y transformación social.
El Carnaval es, entonces, una oportunidad de encuentro, de compartir un sueño, de desarrollar la capacidad de reponernos y aprender de los errores, de enfocarnos en la búsqueda de soluciones, de aprender a convivir y trabajar en equipo. Es una terapia que alivia la soledad y la tristeza porque permite generar una red de apoyo y fortalecer nuestras relaciones sociales. Como espacio de encuentro comunitario, el Carnaval es un elemento valioso de integración y transformación social.
Sin embargo, vivimos cegados por el empeño de algunas instituciones para conseguir el artista internacional más famoso, midiendo el éxito de los actos por su impacto mediático o la asistencia masiva. No digo que esto esté mal, también forma parte de lo que el Carnaval representa como oportunidad. Pero hoy quiero poner el foco en quienes hacen que esta manifestación brillante, no solo una noche, sino durante meses de preparación, ilusión y esfuerzo. Porque, para mí, la auténtica alegría y la mejor cura contra la soledad es formar parte de algo y sentirse acompañada.

Espectacular!!!
Felicitaciones por este magnífico artículo.
Ojalá sea leído por muchas personas, porque, estoy seguro, que se van a sentir identificad@s en cualquiera de los muchos apartados que tratas.
Gracias 🙏👏🤍💙